En esta última Semana de Cuaresma, es nuestro párroco D. Alberto Espinar Lara, quien nos ayuda a reflexionar en esta semana que encara el Domingo de Ramos.
Quinta semana de cuaresma.
En estos domingos de cuaresma, los pasajes del Evangelio de S. Juan nos llevan por un verdadero itinerario bautismal: hace dos domingos Jesús prometió a la Samaritana el don del «Agua viva», El pasado, curando al ciego de nacimiento, se revela como «la luz del mundo»; Y este domingo resucitando a Lázaro, se presentará como «la resurrección y la vida «.
Agua, luz y vida: símbolos del bautismo, sacramento que » sumerge » a los creyentes en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, liberándolos de la esclavitud del pecado y dándoles la vida eterna.
El señor había resucitado a la hija de Jairo, jefe de la sinagoga, justo cuando acaba de morir.
Resucitó también al hijo único de su madre (viuda), Pero lo hizo deteniendo el ataúd, anticipándose al sepulcro, suspendiendo la corrupción y la fetidez. En el caso de Lázaro todo es diferente: en el la muerte desplegó todo su poder. Cuando Jesús llega a Betania le avisan: » lleva ya cuatro días muerto «, Es decir en su amigo se han cebado la muerte, el sepulcro, la corrupción, la putrefacción, la fetidez. Pero Jesús había dicho a Marta, la hermana de Lázaro: «Yo soy la resurrección y la vida, crees esto?, Y ella contestó: «sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo De Dios»
Y tú, crees esto?, Crees que Jesucristo tiene poder sobre tu muerte, sobre tus pecados: tu soberbia, tu lujuria, tu egoísmo…, Sobre todo lo corrupto de tu existencia?, Porque «El que cree en Él tiene vida eterna»,Y Cristo se acercará a tu sepulcro con poder sobre tu muerte, porque para Él «Lázaro no está muerto, sino dormido » y gritará:»!!(N),sal afuera!!».Y saldrás de tu sepultura libre de las ataduras del pecado y de la muerte.
Que Dios os bendiga.
Alberto Espinar, párroco de S. Emilio
