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Reflexión para la I Semana de Cuaresma

Cuarenta días caminando

El miércoles pasado con la imposición de la ceniza dio comienzo la Cuaresma, tiempo de preparación para el hecho central de nuestra fe. Un camino de cuarenta días que nos lleva hasta la Pascua, hacia la Resurrección. Un camino que nuestra Hermandad vivirá intensamente de cara al Domingo de Ramos.

El tiempo de cuaresma nos invita ir al desierto como el lugar donde encontrarnos con nosotros mismos y con Dios, el lugar donde podemos liberarnos de todo lo que nos ata para poder ser nosotros mismos.

Por ello, la Iglesia nos invita al ayuno, la oración y la limosna, para así poder centrarnos en lo importante, en el encuentro personal con Dios. Pero antes de recorrer este camino cuaresmal, debemos escuchar las palabras del Evangelio de este día. Se nos presenta el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto, y nos muestran a Jesús en toda su humanidad. La tentación, para muchos de nosotros, puede consistir en hacerse la ilusión de que puede existir otro camino, distinto al trazado por el proyecto de Dios para cada

 

uno de nosotros, como cristianos y como Hermandad. Esta tentación, es muchas veces la del camino fácil, de la normalidad (lo que todos hacen o dicen). Pero tentación, puede ser, la propuesta de otro camino que aunque exista, no es transitable para el cristiano que pretenda seguir las huellas de Cristo, un camino que nos puede llenar de falsa plenitud, pero es camino que exige coherencia de palabras y de hechos, sabiendo que muchas veces nuestra sociedad nos lleva por otros caminos.

Jesús también fue tentado por la sociedad en la que vivió, pero consigue rechazar una y otra vez las tentaciones, citando las palabras de la Escritura y ratificando que hará únicamente la voluntad del Padre, de cumplir la propia misión.

También para nosotros, como Hermandad, el tiempo de cuaresma puede ser la ocasión propicia para verificar si nuestro proyecto corresponde al de Dios, para volver a descubrir lo que nos pide Cristo, rechazando una religiosidad construida a nuestra medida e incoherente con el designio de Dios.

Caminemos hermanos en la coherencia del Evangelio.

Feliz semana. Un saludo en Cristo Despojado y en nuestra Madre del Dulce Nombre.

Manuel Sánchez. HJD.